El impacto de la familia en el desarrollo cerebral.
- Luciana Inés Mazzei
- 21 may
- 3 Min. de lectura

Las personas somos seres vinculares y sociales, necesitamos de la relación con otros para crecer y desarrollarnos. Es indispensable el vínculo con el otro para crecer plenamente.
A partir de la 7ma. semana de embarazo comienza a desarrollarse el cerebro, y a partir de allí continúa desarrollándose para adquirir las diferentes habilidades cognitivas, motoras, de memoria, entre otras. El vínculo afectivo, primero con la madre, y luego con el entorno, es clave para un desarrollo cerebral sano y que posibilite alcanzar las habilidades propias del ser humano.
En la familia, la persona desarrolla su identidad personal, a través de la mirada del otro se autoreconoce y sabe quién es. Este reconocimiento externo, si es positivo y valora las particularidades de cada uno, promueve una autoestima sana y equilibrada, fomentando así el desarrollo de las habilidades personales y la interacción dentro de la familia estimula el ejercicio de habilidades sociales.
El amor familiar ayuda a reconocerse y amarse como un ser único.
En contextos familiares de vínculos violentos y agresivos, el cerebro se configura según la experiencia traumática, porque emocionalmente la persona no comprende cómo, quien debería cuidarla y amarla, no lo hace o lo hace mal.
Esta experiencia condiciona las futuras relaciones de la persona. Síntomas de estrés postraumático, parejas violentas, dificultad para llevar adelante proyectos, baja autoestima, autoconcepto negativo, son consecuencias de experiencias traumáticas en la niñez que permanecen grabadas en el cerebro.
Por el contrario, las experiencias positivas, sentirse amado y valorado en el seno familiar, dejan huellas de identidad y pertenencia a ese grupo familiar. Estas experiencias ayudan a niños y adolescentes a crecer en vínculos sanos con ellos mismos y con los demás.
Pero hay esperanza para quienes crecen con estas huellas traumáticas. Las investigaciones han demostrado la neuroplasticidad cerebral, capacidad de adaptarse y reorganizarse a partir de experiencias nuevas, educación o lesiones; y la neurogénesis, posibilidad de generar nuevas neuronas. También se han descubierto las neuronas espejo, que posibilitan la empatía y facilitan el aprendizaje por imitación, dando así la posibilidad de adquirir nuevos comportamientos a partir de la observación de otros.
Estas investigaciones resultan de gran valor para disciplinas como la Orientación familiar, ya que brindan herramientas concretas a los profesionales para reeducar a padres e hijos en el modo de vincularse y comunicarse.
El día de la familia es una oportunidad para reflexionar sobre la calidad de los vínculos, reconocer la importancia de estimular relaciones amorosas y aceptación de la individualidad de cada persona. Desde los diversos ámbitos se deben crear entornos saludables y acompañar en el afrontamiento de las situaciones difíciles que enfrentan hoy las familias.
Que todas las familias logren ayudar a sus miembros para que cada uno sea la mejor versión de si mismo y lograr así una vida plena.
El 15 de mayo se celebró el día de la familia y también el día del Orientador Familiar. Éste es un profesional, formado y capacitado para acompañar a las familias en los momentos difíciles, educando a los padres para empoderarlos en su rol dentro de la familia, para que adquieran las herramientas necesarias de manera que cada miembro se desarrolle plenamente en el seno de la familia.
Es un profesional apasionado por trabajar para que cada familia encuentre su esencia, su propia dinámica y sepan sortear juntos los momentos de crisis. Promueven la comunicación, el apego seguro, la autoridad como medio para educar y, sobre todo, poner el foco en el amor que existe dentro de cada uno.
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