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Desafíos y oportunidades de la familia actual

  • Foto del escritor: Luciana Inés Mazzei
    Luciana Inés Mazzei
  • 8 oct 2024
  • 3 Min. de lectura

La celebración del mes de la familia se enfoca a revalorizar el valor de la familia en la sociedad y concientizar sobre la importancia de la misma como primer agente de socialización de la persona.

Múltiples y variados son los desafíos a los que se enfrenta la familia en la actualidad. Aún así continúa siendo el centro de la educación, la transmisión de valores y el apoyo mutuo.

Entre los desafíos podemos nombrar la necesidad de lograr equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, sumado a esto las dificultades económicas que enfrentan muchas familias para proveer y cubrir las necesidades básicas, lleva a muchos padres a tener más de un trabajo, aunque también la sociedad de consumo impacta en familias que si las tienen cubiertas.

Que la mujer esté cada vez más integrada en ámbitos laborales representa un beneficio pero implica una necesaria flexibilización en cuanto a las funciones dentro del hogar, donde deben ser más equitativas las tareas de cuidado y organización familiar. Esto puede generar desacuerdos entre los padres o la necesidad de contar con personas extras a la familia. Las nuevas configuraciones familiares requieren de una comunicación abierta y serena por parte de los padres para prevenir desacuerdos y promover el desarrollo de niños y adolescentes en ambientes de respeto mutuo y diálogo.

El impacto de las nuevas tecnologías dificultan la comunicación y exponen a los menores a contenidos desaconsejados para ellos; la crianza de los hijos en un mundo cada vez más permisivo y hedonista pone en duda la autoridad de los padres debido a la falta de límites claros, acuerdos parentales y sobreprotección.

La sobre carga laboral y de actividades generan estrés en niños, adolescentes y adultos; por último, los cambios sociales de los últimos años generan diferencias intergeneracionales en cuanto a creencias, valores, tradiciones, lo que lleva a desencuentros entre padres e hijos. El cuidado de los adultos mayores se ve socavado por las distancias que los separan de sus hijos, por las largas jornadas laborales y por la desvalorización del anciano.

Las ideologías imperantes, que atacan a la familia y sus valores, implican por parte de los padres, mantenerse informados sobre las consecuencias y los alcances de las mismas en el desarrollo bio-psico-espiritual de niños y adolescentes. Sostener con ellos un diálogo abierto para confrontar las ideas erróneas que pueden llevar a tomar malas decisiones.

Enfrentar estos desafíos requiere flexibilidad, comunicación abierta y apoyo mutuo para mantener una dinámica familiar saludable en un mundo en constante cambio. Para hacer frente a los mismos será importante que los padres tengan claro cuál es el proyecto de familia que desean, qué personas quieren que serán sus hijos, realizar entre ellos e involucrar a los hijos en un plan familiar a corto, mediano y largo plazo, con objetivos claros, precisos y flexibles.

Los padres deben estar informados sobre lo que ocurre en las redes sociales, lo que está de moda en las distintas etapas de los hijos y cómo éstas impactan en ellos o si están en sintonía con valores.

Ser capaces de hacer frente a la sociedad de consumo, mostrándose regulados en los gastos y enseñando a los hijos cómo y en qué se puede gastar el dinero. Enseñarles desde pequeños el valor del trabajo y del ahorro.

Aún cuando los padres no vivan juntos es indispensable lograr acuerdos como padres sobre la educación, los límites y la autoridad. Qué se permite y que no en cada momento, que límites no se pueden traspasar, cuáles a veces y cuáles nunca. El respeto y los buenos tratos son innegociables. La sobreprotección promueve personalidades débiles, incapaces de hacer frente a las frustraciones y se les dificultará desarrollar recursos personales que los capaciten para salir al mundo.

El Estrés laboral, las presiones sociales y de consumo, las largas jornadas laborales generan tensión en los adultos y los lleva a estar desregulados emocionalmente cuando llegan a casa. Frente a padres desregulados encontramos niños desregulados porque no reciben la atención que necesitan, por lo que es clave y sano que los padres conecten con sus emociones, miedos, frustraciones y cansancio para ser capaces de distinguir el enojo por una rabieta del cansancio por una jornada laboral intensa.


Ser familia es una hermosa aventura, pero implica organización, respeto por las diferencias, proyectos y sobre todo mucho amor.

 
 
 

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